Entre pasillos de hospital, salas de espera, consultas externas y unidades de especialización, algunos complejos hospitalarios albergan un refugio plagado de novelas, cómics, ensayos, cuentos y poesía. La biblioteca es el único espacio donde el paciente puede elegir en qué historia perderse. Aunque en estos centros los bibliotecarios no son especialmente conocidos, para ellos, la persona ingresada, o sus acompañantes, son los protagonistas, y su meta diaria es conseguir que el tiempo de hospitalización transcurra más rápidamente y resulte más ameno.