Amalia Avia, figura esencial en el arte contemporáneo en España, nos abrió en estas memorias las puertas de una vida llena de contrastes, teñida de tonos oscuros pero también de luces brillantes, que se inició en Madrid, a comienzos de los años treinta, en el seno de una familia burguesa. Su primera infancia tuvo el país en guerra como fondo. La posguerra, el luto y los desfiles triunfantes inauguraron un periodo de tristeza y desconcierto y, también, una nueva etapa en el pequeño pueblo manchego en el que pasó diez años.